Es un tema delicado y se debe de hacer con precaución y mucho amor. El niño no controlara hasta que no esté suficientemente maduro. Es inútil que nos impongamos que tiene que dominarlo. El necesita madurar sus esfínteres para poder controlar.
Es un trabajo cuidadoso y debemos dedicarle mucha atención, debemos hacerlo en concordancia con la escuela y todos ir al mismo ritmo.
Debemos usar un orinal pequeño y a la medida del niño, y no insistirle que lo haga en el lavabo, a los niños les asusta el inodoro del adulto y piensan que se puede caer. Cada hora o bien hora y media les indicaremos si tiene pipi y le aplaudiremos cuando haga un pipi y nos quedaremos un poco tristes cuando no lo haga, pero sin ningún comentario negativo
El control de esfínteres es un aprendizaje y el niño lo puede conseguir con paciencia.